LA CUEVA DE HERCULES


La Cueva de Hércules fué construída por el mismo constructor del Templo de Jerusalén, el Rey hebreo Salomón, hijo del Rey David, hacia el año 1030 antes de Cristo.
Su descubridor fue el investigador Alberto Canosa.
En la ciudad española de Toledo, los túneles subterráneos llegan a medir varias decenas de kilómetros, sin embargo algunos de ellos se encuentran bajo la desaparecida iglesia de San Ginés, o en propiedades privadas. Muchas partes del túnel sufren derrumbes, por lo que se hace imposible recorrer completamente los senderos. Se dice que la Cueva de Hércules era el refugio iberorromanos. También se dice que las cuevas se usaron como templo pagano mucho después de que el cristianismo se instale en Toledo.




Historia
Este espacio, que se utilizó en época romana como depósito de abastecimiento hidráulico, se encuentra en la esquina este del patio actual y se realizó en dos fases constructivas en el periodo romano. Está cubierto con bóveda de cañón, realizada en sillarejo.
Del primitivo depósito, de forma rectangular, construido casi con total seguridad en época altoimperial (probablemente hacia la 2.ª mitad del siglo I) y que presentaba el aspecto de un gran tanque a cielo abierto con un rebosadero en el borde, se conserva la primera mitad del muro, que da al callejón de San Ginés, realizada en opus caementicium y revestido de opus signinum.
La estructura fue profundamente alterada con la construcción de una arcada de tres arcos de sillares, en el lado suroeste, que divide la primitiva nave en dos (de la que se duda si pertenece a la primera o a la segunda fase constructiva) y que actualmente la separa de la otra mitad del depósito, la perteneciente al n.º 2 de la calle de San Ginés.
La segunda mitad del muro nordeste que da a la calle, es la realizada en la segunda fase romana; se construyó un paramento, en opus quadratum de siete hiladas de sillares de variado tamaño, que se adosa al muro lateral nordeste de la estructura hidráulica de la primera fase, y que va a ir aumentando progresivamente su tamaño del noroeste al sureste creando una nueva línea de orientación al muro, que será la que genere la planta trapecial que tendrá la nave. En este espacio, se observan a lo largo de toda la superficie diversas interfacies de ruptura.
En época visigoda es muy probable que existiera una iglesia visigoda.
En el periodo islámico, se desarrollan construcciones, aunque no podemos asegurar si se trata de construcciones civiles o de una mezquita, en cuyos muros se van a ir empotrando restos de relieves visigodos.
Las primeras referencias a este inmueble como iglesia de San Ginés proceden de 1148. A finales de esta época bajomedieval, o comienzos de la edad moderna, se realizan una serie de intervenciones constructivas y reformas en esta iglesia, como la creación de cinco capillas particulares.


El edificio se va deteriorando, durante un prolongado período de la época moderna. Abandonada y cerrada al público durante el siglo XVIII, la iglesia es demolida en 1841; conservándose de ésta parcialmente el muro de la entrada, donde aparecen empotrados varios relieves visigodos, y en el interior restos de la sacristía. El solar fue puesto a la venta y se parceló entre varios vecinos, afectando esta parcelación también a las bóvedas romanas sobre las que se levantan viviendas.


La leyenda


Según la leyenda, Hércules edificó un palacio encantado cerca de Toledo, construido con jade y mármol, y ocultó en su interior las desgracias que amenazaban a España. Puso un candado en la puerta y ordenó que cada nuevo rey añadiera uno, ya que las amenazas se cumplirían el día en que uno de ellos fuera curioso y entrara. Según la leyenda, Don Rodrigo fue ese rey, y del palacio sólo queda la actual cueva que ocultaría maravillosos tesoros, entre ellos la famosa Mesa de Salomón.




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